El ex jefe comunal lamentó el “deterioro visible” que se produjo en Quilmes durante la gestión de Mayra Mendoza y dijo que los vecinos marcan principalmente aspectos como seguridad y economía. Para el diputado provincial, hay que regresar al rumbo de su administración y “desde ahí tratar de transformar” al distrito.
Con el objetivo de “volver al punto de partida de 2019”, Martiniano Molina se lanzó como precandidato a intendente de Quilmes de Juntos por el Cambio. Así se refirió al 10 de diciembre de ese año, cuando dejó la gestión y asumió Mayra Mendoza, con quien aseguró que en el distrito hay “un deterioro visible” en los últimos cuatro años.
La inseguridad y el problema que supone el narcotráfico, junto con la falta de empleo y de oportunidades para los jóvenes, son los principales problemas que el hoy diputado provincial recoge de la sociedad quilmeña en sus recorridas, según analizó en diálogo con Zona Informativa.
En ese marco, anticipó que se necesita “un cambio profundo” y consideró fundamental el éxito de Juntos por el Cambio en las próximas elecciones para gestionar los tres ámbitos (municipal, provincial y nacional), con la mira puesta en “generar grandes transformaciones, que estén sustentadas en leyes”.
-¿Por qué decidiste ir por la reelección y qué te dice la gente?
-Principalmente porque vemos el deterioro de Quilmes, que va de la mano con lo que pasa en el Conurbano y en la Provincia. Da mucha tristeza ir hacia atrás de lo que se había logrado. En 2019 había un Estado dando respuesta a necesidades de décadas, gestiones que trabajaban por la gente. Sabemos que tuvieron la pandemia, que no es menor, pero los vecinos no dicen que no hubo grandes respuestas en cuanto a la presencia del Estado en los barrios.
-¿Cuáles son las principales demandas de los vecinos?
-Sobre todo el sistema de la inseguridad, el crecimiento constante de la droga y los narcos en los barrios. También la falta de oportunidades de los jóvenes y la preocupación por el empleo, con tantos chicos que se quieren ir del país. Eso nos hace reflexionar, repensar y es por eso que me pongo nuevamente a disposición de Quilmes para cambiar o mínimamente para volver al punto de partida, que es el 10 de diciembre de 2019. Y desde ahí tratar de transformar a Quilmes en una ciudad que incluya a todos, sea segura, genere empleo, dé oportunidades a todos, con salud y educación de calidad. Sabemos que lleva años, pero hay que iniciarlo porque vemos cómo retroceden grandes obras, como pasa con el COM, que estaba a disposición de los vecinos para que vean cómo trabajamos integralmente para darles seguridad a ellos y hoy se ha perdido. Está todo oculto, no sabemos de qué manera se trabaja. Incluso, los vecinos me dicen que no saben dónde están las cámaras o si funcionan.
-Con la experiencia que sumaste, ¿en qué áreas creés que podés hacer mejor las cosas?
-Lo primero es volver al punto de partida en 2019. A partir de ahí, sumar planes y programas que tengan que ver con apuntalar la economía. Los que generan empleo sobre todo son los privados. Con Diego Valenzuela, el Colo (Diego) Santilli y su equipo, tenemos un proyecto de reducción de tasas a nivel provincial. Además, generar un Estado veloz, sin burocracia para que el que quiera emprender y generar un comercio lo haga en tiempo y forma, se plasme en la economía local y pueda hacer un Quilmes con perfil productivo e industrial, de la mano de una transformación nacional y provincial. Queremos que planes y subsidios puedan transformarse en trabajo genuino. Hay que darles las condiciones a los privados para que puedan realizar su trabajo y ser acompañado por el Estado, sin ponerles el pie sobre la cabeza.
-¿Y con respecto a la seguridad?
-Recuerdo perfectamente los programas que aplicábamos, coordinados con las fuerzas federales, con una mirada integral. Había un mapa del delito con todos los funcionarios de las áreas, con muchísima responsabilidad. Estamos hablando del bien más preciado, que es la vida de nuestros hijos, de nuestros vecinos. Se dejaron de hacer esos operativos anti motochorros, los corredores escolares seguros, el hecho de integrar la cámara de seguridad y que los vecinos puedan ver cómo funciona en sus barrios. Muchos proyectos permitieron que el delito crezca y que sea avasallante la inseguridad, cimentada en el tráfico de drogas. Entonces hay que volver al otro rumbo.
“Hasta pintaron el Metrobús de violeta para darle un tinte político”
Al referirse a algunos aspectos de la administración de Mayra Mendoza, Molina cuestionó “la falta de respeto” a los vecinos, en cuestiones del día a día y en obras que se realizaron durante su Intendencia.
-¿Hay algo que puedas destacar de esta gestión?
-Es muy poco lo que destacan los vecinos. En general todos los aspectos han empeorado entre 2019 y la actualidad. Pueden destacar algún asfalto, pero no mucho más. Al contrario, hemos visto que obras que eran íconos de nuestra gestión, que en realidad no son nuestras sino de los vecinos, como el Metrobús, lo primero que hicieron fue intervenirlas con el color violeta para darle un tinte de su gestión. Faltar el respeto de esa manera a los vecinos es lamentable. El amarillo que estaba antes no es partidario, sino que tiene una lógica coincidente con normas internacionales. También hubo una bajada de línea en ámbitos educativos y eso nos parece lamentable. Nosotros mejoramos caminos, avenidas y también modificamos los centros de salud, en un trabajo junto con el equipo de Fernán Quirós y María Eugenia Vidal, con quien también pusimos en funcionamiento el SAME y llegábamos a cada emergencia en 6 minutos. Hoy todo eso ha retrocedido.
-En el armado de JxC, ¿por qué te sumaste al equipo de Santilli y Rodríguez Larreta?
-El Colo Santilli está convocando todos los días a profesionales y técnicos que son expertos en sus temas. Hay una cuestión de política y de gestión que se toma muy en serio, tanto él como Horacio. Lo han demostrado en CABA, con una gestión eficiente y profunda de la seguridad, la ciudad más segura de Latinoamérica, con decisiones políticas, trabajo y firmeza. Convocan a dirigentes como Valenzuela, que ayuda en la conformación de los equipos para mejorar una Provincia y un Conurbano que ha retrocedido, porque se nota en la calle.
-¿Cuán importante para la gestión es ganar las elecciones en los tres ámbitos?
-Acá no nos salvamos solos. El cambio tiene que ser profundo y para eso necesitamos gestionar los tres ámbitos: nacional, provincial y municipal. Hay que ir hacia las economías regionales e ir hacia un federalismo que hoy no sucede. Hoy el Estado le pone el pie sobre la cabeza a los gobernadores, determinando que la coparticipación sea menor que la que dejamos con Mauricio Macri. Lo mismo sucede con las intendencias. Necesitamos gobernar las tres instancias. Y si no sucediera, vamos a defender nuestra forma de trabajar. Hay que hacer un cambio de raíz, con grandes transformaciones y acuerdos políticos para llevar adelante estos cambios, que deben cimentarse en reglas.
-¿Cómo esperás que se den para Juntos por el Cambio las PASO y las generales?
-Yo estoy trabajando fuerte, mi equipo recorre día a día coordinando con equipos técnicos míos, de Santilli y Larreta para una elección dificilísima. Lo importante es la transformación profunda que va a requerir acuerdos con los que pensamos parecido y estamos cerca. Vimos la elección en San Luis ganada por Claudio Poggi. En Neuquén con Rolando Figueroa. Son fuerzas que están dentro de JxC o tienen el apoyo y necesitamos ser más. Tenemos que ampliar, seguir sumando a otros dirigentes y a todos los ciudadanos que se quieran sumar a esta epopeya. Queremos que las transformaciones sean de fondo y sustentadas en leyes. Por eso el acuerdo con distintas fuerzas tiene que estar, porque necesitamos el apoyo del Congreso para avanzar

La interna: “En algún momento se elevó el tono y no estoy de acuerdo”
-¿Cómo analizás la interna de JxC a nivel nacional y provincial?
-No me cabe la menor duda de que es una discusión interna. En algunos momentos se ha elevado el tono y yo no estoy de acuerdo con eso. Estas discusiones son de puertas para adentro, pero está claro que JxC está unido y va a ir unido. Toque al que le toque, el otro va a acompañar. Lo digo a nivel nacional, provincial y municipal. Se trata de dar respuestas al país, la provincia y el municipio, que sienten el abandono de parte de los gobernantes. Como mínimo, no siendo transparentes al explicar qué hacen con los recursos y hacia dónde van dirigidos. Vemos esa mano oscura.
-¿Qué opinás de la irrupción de Javier Milei y cómo puede afectar el escenario electoral?
-La expresión de Milei es una expresión de hartazgo y bronca de mucha gente. Si uno analiza su propuesta, su mirada, vemos como mínimo que es inviable o alocada. No quiero ponerme a detallar sobre eso, pero es válida la mirada de otros que traiga a la discusión. Es importante que eso suceda.



