Vecinos le usurparon la casa y la dejaron en la calle con un bebé y un nene con síndrome de Down

El violento episodio se produjo en el barrio Los Altos, en el límite entre Glew y Longchamps. La mujer denuncia que quieren utilizar su vivienda para vender drogas y cuestionó la falta de acción de las autoridades policiales, judiciales y municipales.

Una mujer denuncia que sus vecinos la atacaron y le usurparon su casa en la localidad bonaerense de Glew, dejándola en situación de calle junto a sus tres hijos (23, 14 y 10 años), uno de los cuales tiene síndrome de Down, y su nieto de dos años.

La víctima, de nombre Mariel, vive en el barrio Los Altos, en el límite entre Glew y Longchamps. Tras el violento episodio, acusó a efectivos de la comisaría 7ma. de Almirante Brown de ponerle trabas a la hora de denunciar y cuestionó a la Justicia de Lomas de Zamora por la falta de avances.

«El 18 de abril a las 9.30 de la mañana, mi vecina pasó enfrente de mi casa y comenzó a insultarme y amenazarme. No era la primera vez y me dijo que me merecía que su marido me golpee, como hizo hace 15 años», relató Mariel en diálogo con este medio.

Ante esa insólita escena, respondió de la mejor manera posible. «Yo le dije que la iba a denunciar y ella le hizo señas al hijo. Me empezaron a romper el portón de casa, a tirar botellas y ladrillos contra la vivienda y me dijeron que me vaya del barrio», expresó.


No sólo atacaron la casa, sino también a sus hijos. «Mi nene de 10 años tiene síndrome de Down. Estaba sentado en el sillón mirando la televisión y lo quisieron matar a botellazos y piedrazos», acusó Mariel.


«Después de todo esto fui a la comisaría y me atendieron muy mal. Primero no me tomaron la denuncia y tuve que ir al otro día. También fui al juzgado y a las fiscalías. Me dijeron que no van a ir presos ni mis vecinos ni los que ocuparon mi casa. Que esto va a llevar un tiempo y yo mientras estoy en la calle», se lamentó.

Sin trabajo ni hogar

Para colmo, el calvario de Mariel no terminó allí. «Le pedí a un muchacho que vaya a cuidarme la casa, porque yo tengo llaves. Fue él quien me dijo que había gente adentro. Yo creo que quieren la casa para vender drogas, porque se dedican a eso», explicó la mujer.

La situación la afecta gravemente y no sólo por la pérdida de la casa. «Ahora estoy en la casa de una chica a la que le pido permiso para lavar la ropa y pasar la noche con mis chicos. No tenemos ni ropa, porque salimos huyendo como pudimos», confesó, entre lágrimas.

A eso Mariel le suma la falta de estabilidad laboral. «Estaba de acompañante de una mujer mayor y me habían contratado para hacer la limpieza de la casa. Ahora perdí el trabajo por culpa de mis vecinos. Ni siquiera puedo volver al barrio», resaltó.

A su vez, aclaró que ir a un refugio no es una solución: «Me ofrecieron ir a un lugar para gente en situación de calle, pero es solo para dormir. Además, el Servicio Social nos puede quitar a los nenes. Necesito una respuesta de las autoridades».